viernes, 30 de noviembre de 2012

Nueces para una boda

Hace poco mis amigos Cris y Héctor se casaron y había que pensar en el regalo. Ellos, como la mayor parte de las parejas de hoy en día, no hicieron lista de bodas. Porque, seamos sensatos, tal vez se haya convertido en una opción un tanto trasnochada o poco útil, cuando casi todas las parejas que deciden dar este paso, ya viven juntas o independizadas y, por tanto, tienen resuelto el tema de la decoración y el menaje de sus hogares.
Así que como regalo se impone el dinero, que al margen de las cifras, suele entregarse en un sobre o ingresarse en una cuenta de los novios. Pero, aunque útil, eso no voy a negarlo, me sigue pareciendo un regalo frío y sin personalidad.
Yo antes solía resolverlo con una fotografía (mi ex es un excelente fotógrafo) de algún lugar o motivo que me pareciera especial para la pareja; en la fotografía ocultábamos el dinero y, de esta forma, los novios recibían un regalo personal. Os aseguro que es muy agradable entrar en sus casas y ver que esa fotografía, personalmente elegida para ellos, forma parte de la decoración de su dormitorio o salón...
Pero lo de las fotos tampoco era una opción, así que para regalarles el dinero de una forma más original que ese soso ingreso en cuenta, se me ocurrió esto:




Meter el dinero en nueces (tal vez la idea no sea muy original, pero os voy a mostrar una forma de presentación muy sencilla y fácil de hacer). Vaciamos un kilo de nueces y metemos en ellas dinero, lentejas, harina, etc... y las volvemos a pegar con pegamento. Así los novios tendrán que ir abriendo todas y cada una de las nueces sin saber lo que se van a encontrar en ellas.
Una vez tenemos todas las nueces listas y bien pegadas, nos dedicamos a la presentación.
Compré un trozo de tela de arpillera e hice con ella un saco en el que metí todas las nueces y un pequeño mazo de madera para poder abrirlas después.


 


Luego sólo quedaba hacer una tarjeta bonita para poner nuestros nombres; Como la arpillera es muy rústica me decidí por hacerla con un poco de cartón que tenía por casa y que le da ese mismo aire rústico, que por cierto, me encanta. Y para la decoración utilicé unas telas que ya tenía para hacer algo sencillo.







Y así quedó el regalo de bodas una vez terminado.
Espero que os haya gustado tanto como a los novios.



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